Tecnologías y oferta de Condorchem Envitech

Condorchem Envitech dispone de un equipo interdisciplinar con una larga trayectoria diseñando y construyendo llaves en mano plantas de tratamiento de emisiones. Para ello, en función del caudal y composición de la corriente a tratar, las operaciones más convenientes son las siguientes, o bien una combinación de ellas:

Absorción (scrubbers)

Es una técnica no destructiva que consiste en que los componentes odoríferos pasen del aire a una solución absorbente. Es eficiente para tratar aire contaminado con compuestos polares como NH3, H2S, aminas y algunos COVs hidrosolubles. Las soluciones absorbentes utilizadas dependen de los contaminantes que se desean eliminar. En algunos casos son necesarias varias etapas de lavado para conseguir eficacias elevadas. Mediante esta técnica se consumen reactivos químicos y se generan residuos líquidos que se deberán tratar adecuadamente antes de su vertido. Es una técnica aplicable para todo tipo de caudales.

Adsorción

Mediante la adsorción no se destruyen los contaminantes, sino que éstos pasan de la fase gaseosa a la fase sólida. El adsorbente universal es el carbón activo, aunque también puede utilizarse zeolitas y alúmina. La capacidad de adsorción de los adsorbentes es finita, por lo que cuando el adsorbente utilizado se satura, debe de ser o bien regenerado, o bien repuesto. Cuando el adsorbente no se puede regenerar in situ, no es aconsejable tratar caudales de aire elevado o con cargas elevadas. Cuando los contaminantes son apolares, la eficacia de adsorción es elevada.

Biofiltración

Esta operación se basa en hacer pasar la corriente de aire a tratar por un lecho poroso relleno de material de origen vegetal (astillas de madera, cortezas, fibra de coco, etc.) que sirve de soporte para que su superficie la colonizen los microorganismos que consumirán los contaminantes. Previamente, el aire debe ser pretratado para que incorpore la humedad y los nutrientes que posteriormente el cultivo necesitará.

Es una técnica aplicable cuando la carga de contaminantes es baja, estos son biodegradables y el caudal de gas a tratar es constante. No se requiere el uso de reactivos químicos y no se generan residuos. Los microorganismos crecen adheridos al soporte del biofiltro y transforman los contaminantes en productos inocuos. Los costes de inversión y de explotación de estos procesos son bajos, no obstante, su aplicación queda restringida a los COVs biodegradables, a cargas moderadas de ácido sulfhídrico o compuestos amoniacales y a que el aire no contenga sustancias tóxicas y/o inhibidoras.

Sistema de biofiltros percoladores

Consiste en hacer circular el aire a través de un lecho relleno de un soporte en el que crecen adheridos los microorganismos y en contracorriente se recircula una corriente acuosa. Los contaminantes se transfieren de la fase gaseosa a la fase líquida y de esta a la biopelícula donde son consumidos por los microorganismos. Estos sistemas no consumen reactivos químicos ni producen residuos.

Son aplicables para todo tipo de caudales de aire y cargas de contaminantes de ácido sulfhídrico o compuestos amoniacales. La eficacia de eliminación es muy alta incluso con tiempos de residencia del aire dentro del filtro percolador bajos. Los costes de inversión son del orden de los de las torres de absorción químicas (scrubbers), pero los costes de explotación son muy bajos. Esta técnica, como cualquier proceso biológico, no es aplicable cuando el aire contiene sustancias tóxicas y/o inhibidoras.

Oxidación térmica regenerativa

Esta operación se fundamenta en la oxidación de los COVs a CO2 y agua a elevadas temperaturas (760-850 ºC). El aire que contiene los contaminantes se caliente mediante un intercambiador de calor cerámico hasta la temperatura de combustión. En la cámara de combustión los COVs se oxidan a CO2 y agua. Posteriormente, los gases calientes pasan por un segundo lecho cerámico para recuperar el calor. Esta técnica se utiliza para tratar caudales elevados de aire y con concentraciones moderadas o elevadas de COVs. La eficacia obtenida depende de la relación tiempo de residencia del aire-temperatura, pero puede llegar a ser superior al 99%.

Oxidación catalítica

Consiste en la oxidación de los COVs a CO2 y agua mediante la utilización de un catalizador, hecho que permite trabajar a temperaturas más bajas (250-400 ºC) que la oxidación térmica. La eficacia de destrucción es superior al 95% y depende de la temperatura y del catalizador. En relación a la oxidación térmica, el incremento de coste de explotación debido a que el catalizador se va desactivando y se debe ir sustituyendo, se compensa con el ahorro energético de trabajar a temperaturas más bajas. Además, al trabajar a temperaturas más bajas, se disminuye el riesgo de que se formen subproductos de la oxidación como CO, NOX y dioxinas.

En general, los problemas asociados a la contaminación odorífera no son de solución trivial, puesto que intervienen factores como la subjetividad de la percepción, la dispersión de las sustancias odoríferas en el aire y su transporte queda sujeto a las condiciones meteorológicas de la zona, la complejidad de la cuantificación de la intensidad del olor, etc. Es por estas razones que es muy importante disponer de una amplia experiencia en la resolución de estos casos complejos, como es el caso del equipo de trabajo que integra Condorchem Envitech.

Concepto (necesidad y beneficios)

Los olores son la sensación que resulta al recibir un estímulo causado por una combinación de gases, vapores y micropartículas en el sistema sensorial olfativo. En función de la composición de la mezcla, el olor lo podemos percibir como agradable o desagradable, pero intervienen factores muy subjetivos, como la sensibilidad de la persona, el entorno en el que se percibe, etc. Precisamente por este carácter subjetivo de los olores es compleja la cuantificación de su intensidad.

Los olores se perciben más intensos como más cerca se encuentre el perceptor de las fuentes de emisión (industrias, vertederos de residuos, plantas de tratamiento de aguas residuales, etc.). Cuando el olor produce molestias excesivas a la población se habla de contaminación odorífera y se deben plantear procesos de tratamiento del aire para su eliminación.