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Los científicos María Victoria Martínez y Maximino Manzanera del Grupo de Microbiología Ambiental del Instituto del Agua de la Universidad de Granada, coordinan este trabajo orientado a innovar en el proceso de producción de microdiesel, una novedosa manera de enfocar el tratamiento de aguas residuales.

Partiendo de diferentes investigaciones previas en las que ya se ha demostrado que las bacterias son fuentes alternativas para la producción de biodiesel, se pretende obtener una materia prima novedosa: los lodos producidos tras la depuración de aguas residuales. Éstos son muy ricos en materia orgánica, especialmente en grasas y aceites, que podrían ser el sustrato a partir del que determinadas bacterias se nutran para producir y almacenar en su organismo el biodiesel.

Así, uno de sus principales objetivos es encontrar las bacterias que lleven a cabo las diferentes reacciones químicas para sintetizar el biodiesel, así como alternar, si es posible, distintas etapas con las que optimizar el proceso. En una etapa posterior, se pretende diseñar un prototipo de varios litros de capacidad que permita experimentar con los lodos mediante las distintas técnicas y reacciones con las que se quiere extraer microdiesel, evaluando de esta manera la eficacia y oportunidades de todo el proceso. “Una vez obtengamos los resultados que esperamos, el desarrollo de la tecnología a gran escala para el tratamiento y aprovechamiento de dichos lodos será sencillo. Lo más complicado es realizar con éxito el trabajo que acabamos de empezar, con el que encontrar las bacterias idóneas y la optimización de todo el proceso”, explica María Victoria Martínez.

Un combustible ecológico y más eficiente

Como indica Maximino Manzanera, “Utilizar bacterias que transformen los lodos sobrantes tras la depuración de aguas tiene dos importantes beneficios: dar utilidad a un residuo que hasta ahora no se sabía qué hacer con él e iniciar una nueva fuente alternativa de producción de energía tan útil como las que ya existen”.

Recordemos que los diferentes tipos de biodiesel que existen presentan una serie de ventajas con respecto al diesel tradicional extraído del petróleo. La principal es que su combustión produce una emisión gaseosa mucho más pobre en contaminantes, sobre todo en metales pesados y derivados del azufre, lo que hace que su utilización sea mucho más limpia. Por otra parte, el proceso de producción de biodiesel es más limpio que el de extracción de diesel del petróleo, lo que permite evitar la emisión de esos tóxicos. Por último, no hay que olvidar que el biodiesel permite a los motores funcionar de forma más eficiente, lo que beneficia el rendimiento de la máquina que los utiliza.

Además, el microdiesel permitiría evitar los distintos inconvenientes que se han
detectado en el proceso de obtención de biocombustibles de materia vegetal, ya que no requiere del cultivo de materia orgánica, ni del desarrollo de un posterior tratamiento químico para obtener el producto final.