catarata

Os presentamos el resumen ejecutivo de un basto informe que el 2030 Water Resources Group, constituido por un gran número de organizaciones de los sectores privado y público, ha llevado a cabo sobre el futuro del agua , tanto en nuestro país, como a nivel mundial.

En el se analiza el papel que los creadores de políticas públicas, el sector privado y la sociedad civil deben ejercer, de forma conjunta, para poner en práctica una transformación sostenible en el modelo actual de consumo de agua.

Los actores principales que se definen son los gobiernos, que tienen en su mano el desarrollo de leyes que permitan una gestión mas eficiente del agua y aseguren además el cumplimiento de las mismas; la agricultura, como mayor consumidor y mal gastador de agua a nivel mundial; la industria, que también representa un importante porcentaje del consumo global y debe adoptar los procesos de tratamiento industrial de aguas adecuados; los proveedores de tecnología, que tienen en su mano el desarrollo de nuevas tecnologías de tratamiento de aguas para estrechar la brecha entre oferta y demanda de agua; y por último las entidades financieras, que pueden financiar el desarrollo de estas nuevas tecnologías y su implantación, tanto en la industria como en el campo.

Según el informe, para el año 2030, bajo un escenario de crecimiento económico promedio, y sin asumir beneficios por eficiencias, los requerimientos globales en materia de agua crecerían de los 4.5 billones de m3 actuales (ó 4,500 kilómetros cúbicos) a 6.9 billones de m3, lo cual supone un 40% más de la oferta accesible y confiable actual.

Así, el reto de la escasez de agua viene dado fundamentalmente por el crecimiento y desarrollo económico de los países industrializados y las economías emergentes, ya que si no somos capaces de gestionar de manera adecuado el uso del agua se puede llegar a un colapso, que afecte incluso a la disponibilidad de alimentos para la población humana.

A lo largo del informe se hace mucho hincapié en el valor de la productividad del agua, así como en la comprensión de los regímenes económicos dentro de los cuales el agua debe ser regulada, y la forma en que los mecanismos de mercado pueden ayudar a incentivar un uso eficiente del agua por parte de las empresas, agricultores y ciudades.